Acabo de leer: Tu tendrás exactamente lo que estés dispuesto a aguantar...
Sí... es más fácil pensar que el otro no mueve bien su ficha, antes que moverla nosotros de manera más apropiada.
No, no es culpa del otro. Es que nosotros autorizamos a que otros invadan nuestros límites.
¿Dónde está tu límite?
En el mismo momento en que te empiezas a sentir mal.
No falla.
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