miércoles, 1 de febrero de 2012

Efecto dominó.

A veces trabajando, nos encontramos a gente malhumorada y si no trabajamos, nos la encontramos en cualquier sitio, en la cola del supermercado, en un parking, hasta en un parque...se observa a personas gruñendo a niños, ancianos, padres, cajeras, conductores, etc.
¿Cuánta presión somos capaces de absorber sin luego tirarsela al menos indicado?
A veces me sorprende que alguien me atienda bien en algun sitio. Que se tome interés en lo que hace.
Cada poco voy a una gasolinera (a la que procuro serle fiel), primero porque siguen conservando a empleados y no los sustituyen por maquinas, segundo porque son agradables, porque te atienden de una forma personalizada. Esos pequeños detalles que ante la escasez de estos en la rutina diaria...te fidelizan.
  ¿Y yo? ¿He personalizado mi atención a los demás hoy? ¿Podría haberme esmerado algo más?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Qué opinas?